A raíz de la creciente popularidad de juegos como Fortnite, Roblox y Minecraft y el concepto de Metaverse, la capacidad de los “avatares” para escapar de realidades desagradables, o simplemente divertirse, es enfáticamente relevante. Garantiza una discusión sobre la ciudadanía digital y la “inclusión” de las personas y sus identidades en el ámbito virtual, y brinda un nuevo significado para aquellos con disforia de género o que se identifican como genderqueer.
En el mundo real, existe un sesgo conocido contra aquellos que no se identifican con el sexo que se les asignó al nacer. Según un estudio reciente, aproximadamente el 2,7% de los adolescentes en los Estados Unidos identificar como trans o de género diverso. Extrapolando esto a la población mundial, es probable que más de 200 millones de personas caigan en esta categoría y se vean presionadas por la exclusión social, la supresión de identidades y la marginación, así como por la falta de conciencia, acceso a instalaciones, seguridad y protección.
Estudios recientes también han revelado las capacidades terapéuticas de los avatares de juego para muchas personas queer, que sufren mayores índices de ansiedad y depresión debido a la necesidad u obligación de identificar su género, ya que hay personas que prefieren no hacerlo.
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¿Qué aporta realmente un avatar a la mesa?
Un avatar es un ser humano digital que lo representa en un espacio virtual que puede compartir con otras personas para varios tipos de experiencias. Es una ilustración gráfica personalizada, personaje o alter ego que representa a un usuario en su computadora. En muchos sentidos, la creación de un avatar es una buena manera de solidificar la propia imagen o personalidad personal. Los diseños de estos alter egos se han acentuado por el creciente mercado de juegos que crean roles para las personas que participan.
Un avatar funciona como un lugar digital donde ocurren las transformaciones y se convierte en un lugar para los deseos. El cuerpo virtual actúa como el gemelo digital de una persona y permanece estrechamente conectado con su cuerpo físico, que se convierte en la base de la identidad del cuerpo virtual. Un avatar se puede representar en forma 3D o 2D, según la plataforma en la que se encuentre la persona.
La personalización es clave
Para las personas que aún intentan descubrir su propia identidad de género, o afirmar una, la apariencia del avatar se convierte en un importante punto de partida para probar quiénes realmente quieren ser. Por lo tanto, poder personalizar el avatar es clave y facilita la expresión y consolidación de la identidad de género. Esto brinda a las personas una buena manera de explorar y validar su identidad.
Al elegir la apariencia de un avatar, hacemos visibles algunos aspectos de nuestros deseos. Tanto los jugadores como los residentes de Metaverse tienen la capacidad de elegir su género y seleccionar entre una docena de opciones preestablecidas para el tipo de cuerpo, rasgos faciales, expresiones, color de cabello, vello facial y más. Los metaversos y los juegos también brindan ropa de género neutral, nombres preferidos y el uso de pronombres. Estas opciones de personalización brindan a los usuarios la libertad de actuar de la manera en que realmente se sienten en la vida real.
Esto está lejos de lo que pueden experimentar en la vida real. Entonces, en muchos sentidos, un avatar facilita el proceso de creación de identidad al brindar diversas posibilidades que reflejan la expresión de género de un usuario. Este método único de curar el avatar de uno es la verdadera libertad de expresión sin discriminación alguna.
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Consolidación de identidad
Un avatar puede tener una identidad fluida. Esto significa que un usuario puede cambiar la apariencia, el género y la personalidad de su avatar a voluntad. Esto le permite a una persona emular físicamente lo que quiere ser en el futuro. Para muchas personas, declararse queer está precedido por un reconocimiento privado de su identidad. Esta encarnación virtual está, de alguna manera, practicando y probando anónimamente el género que realmente experimentan.
Esto se puede refinar constantemente con más experimentación virtual y ayudar finalmente a consolidar su identidad para las interacciones del mundo real. Las personas genderqueer también pueden conocer e interactuar de forma anónima con personas similares y crear Redes de apoyo en línea. Los juegos también pueden permitir que un avatar cree historias e interacciones improvisadas con otros jugadores, lo que ayuda a configurar un escenario del mundo real.
Muévete contigo mismo
Este viaje hacia la autorrealización y la identidad de género afecta principalmente a los jóvenes. Un avatar les da la opción de trabajar consigo mismos en el mundo virtual para comprender su verdadera naturaleza y construir sobre esa identidad. Una herramienta para crear avatares de apariencia real, como Buddy de Trace Network, puede permitir que una persona elija su identidad y consolide su propia imagen real en el futuro, completa con género, tipo de cuerpo, ropa de género neutral y más.
Un avatar en un juego o metaverso permite a los usuarios explorar, desarrollar y ensayar sus identidades en un entorno relativamente seguro sin sufrir discriminación, encuentros negativos, intimidación o aislamiento. ¡Esta es la mejor manera de empezar como “fuera” y expresarse sin miedo y con la frente en alto!
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