El jefe del Banco de Pagos Internacionales (BIS), Agustín Carstens, ha expresado escepticismo sobre las criptomonedas, cuestionando su capacidad para reemplazar la moneda fiduciaria.
Según Carstens, las criptomonedas “no son dinero de confianza”, un factor que sugiere que fue validado por el mercado bajista del año pasado. dicho en una entrevista con Bloomberg el 22 de febrero
Carstens reconoció que el crecimiento de las criptomonedas las elevó a ser consideradas un reemplazo del fiat, pero en su opinión, la tecnología detrás de las monedas digitales no las convierte en una forma confiable de moneda.
“Hace unos años, los criptoactivos y las criptomonedas, en cierto modo, nos pusieron una alternativa al dinero fiduciario. Creo que esa batalla se ha ganado; la tecnología no genera dinero confiable. Lo más importante es que estas actividades no tengan un impacto sistémico”, dijo.
Presionar por las regulaciones
Tras los recientes acontecimientos en el sector de las criptomonedas, afirmó que existe una mayor necesidad de acelerar las regulaciones en la industria. Carstens dijo que el aspecto más crítico de la regulación de las criptomonedas es garantizar que sus actividades no afecten el sistema financiero.
Carstens señaló que si eventos como el colapso de FTX ocurren nuevamente, podría traducirse en un colapso sistémico. En esta línea, Carstens afirmó que espera una ‘fuerte declaración de los países del Grupo de los 20’ para liderar el impulso para fortalecer la regulación del sector de activos digitales.
Anteriormente, Carstens había pedido a los reguladores que se centraran especialmente en las monedas estables. Señaló que las regulaciones deben garantizar que las monedas estables no perjudiquen a los inversores y consumidores ni fragmenten el sistema financiero.
Vale la pena señalar que, a pesar del enfoque criptográfico pesimista de BIS, el banco expresó recientemente su intención de permitir que los bancos mantengan hasta el 1% de las reservas en criptomonedas como Bitcoin (BTC).
Además, BIS emitió un boletín en junio en el que describía su perspectiva de que “las criptomonedas no pueden servir como una forma de moneda social”. El documento destacó varios desafíos que identificó en la industria de las criptomonedas y la cadena de bloques, como las altas tarifas y la congestión de la red que resultan en la división del mercado.
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