A medida que el mundo de las criptomonedas continúa evolucionando, también lo hace el panorama regulatorio que lo rige. En los Estados Unidos, los organismos reguladores están reforzando su control sobre las criptooperaciones, mientras que al otro lado del Atlántico, Europa está creando un entorno más atractivo para los activos digitales.
Mientras tanto, en Asia, Japón está presionando por reglas comerciales relajadas y exenciones fiscales para las criptoempresas, mientras que Singapur está adoptando un enfoque más cauteloso. Finalmente, en el Medio Oriente, Dubái se está posicionando como un paraíso para los proyectos criptográficos y sus fundadores, pero solo en sus propios términos.
mercados atlánticos
La Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC, por sus siglas en inglés) presentó recientemente cargos contra los principales intercambios de criptomonedas Coinbase y Binance, alegando violaciones de la ley federal de valores y acusándolos de poner en riesgo a los inversores. La SEC afirma que estas plataformas han operado como corredores no registrados y han incluido tokens como Solana (SOL), Cardano (ADA) y Polygon (MATIC), que según la SEC son valores.
Este escrutinio regulatorio se extiende más allá de la SEC. La Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos (CFTC) también demandó a Binance por acusaciones de violaciones regulatorias de productos básicos, que incluyen permitir que los ciudadanos estadounidenses usen su plataforma de criptomonedas sin registrarse en la agencia.
Además, cuando la CFTC presentó cargos contra Ooki DAO por operar una plataforma de negociación de margen no registrada, inicialmente intentó responsabilizar a todos los miembros de DAO (los DAO no son entidades reconocidas a nivel federal en los Estados Unidos y, por lo tanto, no pueden brindar protección de responsabilidad a sus miembros) . Sin embargo, el juez en ese caso finalmente dictaminó que sería suficiente responsabilizar solo a los fundadores de DAO, pero solo porque el Tribunal pudo identificar quiénes eran.
A diferencia de EE. UU., Europa está fomentando un entorno más acogedor para los activos digitales. El Reino Unido recientemente hizo de las criptomonedas una actividad financiera regulada, y la Unión Europea aprobó las regulaciones de Mercados de Criptoactivos (MiCA), proporcionando un marco regulatorio armonizado para los activos digitales en todo el continente.
Bernd Geier, experto legal de Rimon, explica que MiCA “establece requisitos uniformes para la oferta al público y la admisión a la negociación en una plataforma de negociación de criptoactivos, así como requisitos para los proveedores de servicios de criptoactivos”. Se espera que este movimiento fomente la innovación y elimine las barreras que impiden el potencial de crecimiento en la criptoindustria.
Enfoque mixto de Asia
En Asia, el panorama regulatorio es mixto. Japón está presionando por reglas de comercio de margen relajadas para atraer nuevos inversores. La Asociación de Intercambio de Activos Virtuales y Cripto de Japón (JVCEA) ha instado a las autoridades a permitir límites de apalancamiento más altos para los inversores minoristas a fin de impulsar el crecimiento del mercado.
“Relajar los límites de negociación de márgenes podría hacer que Japón sea más atractivo para las empresas de criptomonedas y blockchain”, dijo el vicepresidente de JVCEA, Genki Oda.
Además, la Agencia Tributaria Nacional de Japón recientemente eximió a los emisores de tokens criptográficos del pago de impuestos corporativos sobre las ganancias no realizadas por sus participaciones, una medida que se espera que facilite el entorno comercial para las empresas criptográficas en el país.
Sin embargo, no todos los países asiáticos están adoptando un enfoque relajado. El banco central de Singapur prohibió recientemente los préstamos y las participaciones para inversores minoristas, lo que indica una postura más cautelosa hacia las actividades criptográficas. Corea del Sur aprobó de manera similar leyes de protección de inversores en junio.
Los ambiciosos planes de Dubái
En Oriente Medio, Dubái está dando pasos importantes para consolidar su posición como centro mundial de criptomonedas. Ripple y Coinbase, que enfrentan desafíos regulatorios en los EE. UU., han anunciado planes para expandir sus operaciones a Dubai, citando el claro marco regulatorio de la región y su potencial para convertirse en un centro financiero global.
El CEO de Ripple, Brad Garlinghouse, también elogió el panorama regulatorio de la región, afirmando que el 20% de los clientes de Ripple se encuentran en la región de Medio Oriente y África del Norte, que tiene “regímenes regulatorios claros” y se está convirtiendo en un centro financiero global.
El CEO de Coinbase, Brian Armstrong, se hizo eco de estos sentimientos y elogió los esfuerzos regulatorios progresivos de los Emiratos Árabes Unidos en el espacio criptográfico. Destacó el claro libro de reglas del país y las sólidas protecciones al cliente como factores clave en la decisión de Coinbase de considerar a los Emiratos Árabes Unidos como un centro para sus servicios internacionales.
Sin embargo, el enfoque de Dubái hacia la criptorregulación no está exento de restricciones. La Autoridad Reguladora y de Activos Virtuales (VARA) ha prohibido la emisión de criptoactivos centrados en la privacidad como Zcash (ZEC) y Monero (XMR) en la región, citando preocupaciones sobre la trazabilidad de las transacciones.
Lo que está claro de la reciente oleada de movimientos regulatorios es que los gobiernos de todo el mundo se están poniendo al día con el espacio criptográfico, no se están quedando atrás. A medida que las naciones lidian con cómo, o incluso si, integrar estas tecnologías emergentes en sus sistemas financieros, es evidente que las diversas comunidades que han incorporado las criptomonedas a sus medios de vida están al borde de una reorientación global.